Es frecuente observar en las víctimas de ciberbullying
un marcado descenso del nivel de autoestima y autoconcepto, llegando incluso en ocasiones a
auto-culpabilizarse de la situación. La inseguridad, sentimiento de falta de competencia y la
vergüenza de no ser capaces de hacer que la situación se solucione son
elementos encontrados con frecuencia en los casos de Ciberbullying.
Además, muchas de las víctimas son coaccionadas para mantener la ley del
silencio por miedo a las consecuencias de denunciar. Esto causa un descenso del
rendimiento escolar, que a su vez retroalimenta el descenso de autoestima. Las
víctimas de ciberbullying continuado también perciben menor apoyo social, y a
la larga se dificulta la futura vinculación afectiva con terceras personas,
inhibiéndose el desarrollo social.
Asimismo,
cuando el Ciberbullying es muy intenso y se prolonga durante meses es posible
que las víctimas acaben presentando patologías de la personalidad o del estado del ánimo,
tales como depresión severa o fobia social, incluso llegando (como en el caso
ficticio anteriormente recreado) a conducir al suicidio de la víctima.